Los ojos y el movimiento en la Danza

Premio Nacional de Medicina y Ciencias de la Danza

RESUMEN

          Nuestro punto de partida es la Presencia escénica, tras haber constatado en la enseñanza de la danza que la mirada se dirige con frecuencia hacia abajo o permanece demasiado fija. Un problema que conlleva una grave pérdida de expresividad del artista. En consecuencia podemos afirmar que el resultado en danza dependerá del uso que hagamos de nuestros ojos.

            La información visual es fundamental en el sistema postural y en el movimiento, especialmente en la danza, donde las exigencias de equilibrio se extreman. El sistema postural fino elabora la noción de verticalidad a partir de las informaciones neurosensoriales captadas por el oído interno (canales semicirculares), los ojos (vista y oculomotricidad) y las plantas de los pies (baroreceptores), complementando la propiocepción general (cadenas musculares y articulaciones). Coordinándolas entre sí estabilizamos nuestra referencia corporal en el entorno, y en función de ese trípode de base regulamos el tono de la postura. Sólo una vez dominado el sistema postural, el artista podrá expresarse con total libertad de movimientos, ofreciendo lo mejor de sí mismo. Es lo que en danza llamamos colocación, como una disposición y alineación previas.

            El paso de la postura al movimiento se articula en la regulación del sistema denominado tónico-expresivo. La cabeza se erige como una plataforma inercial para guiar el movimiento y, más allá de la biomecánica, la expresión permite la fusión del sistema postural estático con el dinámico. Pasar de la barra al centro es un claro ejemplo en las clases de danza académica.

 

            El análisis del movimiento danzado encuentra en este simple trípode una herramienta eficaz por las aplicaciones pedagógicas que permite, facilitando la primordial labor de prevención y enriqueciendo la lectura del movimiento a diferentes niveles. Su aplicación práctica al ejercicio de la pirueta clásica es ilustrativa. Destaca su aportación a una terminología precisa en la formación pedagógica, tan necesaria para constituir un corpus teórico común, facilitando alguna corrección técnica y evitando posibles malentendidos.

El fruto cultivado a partir del campo de la Danza es extensible en gran medida al movimiento humano en general, salvo quizás algunas cuestiones específicas que interesan sobre todo al artista. Adaptándonos a cada caso, se puede beneficiar un gran número de personas de las contribuciones de la kinesiología y la posturología con un objetivo centrado en prevenir y mejorar la calidad del movimiento.

En colaboración con los especialistas adecuados podemos complementar los tratamientos habituales, y las aplicaciones terapéuticas son múltiples:sensaciones de inestabilidad, desequilibrio de las personas mayores, cervicalgias, dorsalgias, lumbalgias, algias diversas de origen estático, secuelas de traumatismo craneal o cervical (raquialgias, cefaleas…), síndromes postraumáticos diversos, …De este modo la Danza enriquece su práctica, y desarrolla un cauce concreto a la educación en y por el movimiento, generando un discurso interdisciplinar riguroso.


ALGUNAS APLICACIONES PEDAGÓGICAS

  1. El profesor como comunicador

  2. La orientación espacial

  3. Cómo se muestran los ejercicios

  4. La invitación de la mirada

 

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