¡No hay quien aguante esas sesiones delante de la pantalla
del ordenador!.
Se deja uno los ojos buscando información; y termino con el cuello como
una piedra.
Para llevarse bien con el ordenador hay puntos importantes que considerar (distancia, iluminación, accesorios ergonómicos), pero podemos cuidarnos y mejorar nuestro rendimiento empezando por el factor humano, para evitar cargarse demasiado antes de que nos duela la cabeza. Nos vamos a centrar en la tensión ocular.
En un estudio publicado en 1990 por el INRS (Institut National
de Recherche et Securité) se confirma que, partir de las cinco horas
de trabajo frente al ordenador, aumentan los síntomas de problemas visuales.
Se pierde vista a pasos agigantados. Es recomendable tomarse pausas breves y
frecuentes. Hay quienes recomiendan 15 minutos cada dos horas, y otros que prefieren
10 minutos de descanso cada hora.
Aunque no sea exactamente lo mismo, también podemos aplicar este principio
a la pantalla de TV: los caracteres en un texto son más pequeños,
pero a menudo vemos programas en los que leemos, como películas subtituladas,
y viceversa, trabajamos con ordenador sobre imágenes sin texto (programas
de diseño gráfico, publicidad, etc.).
Ejercicios prácticos
Realizarlos delante de otras personas puede parecer ridículo, pero quizá
los demás también tengan interés en practicarlos por su
propio bienestar.
Podemos aprovechar las pausas para dedicarnos un tiempo a nosotros mismos. Adelante,
¡Manos a la obra!. Hemos elegido una pequeña muestra sencilla.
1.- Cada cuarto de hora de trabajo, separar la vista de la pantalla y mirar
detenidamente un objeto alejado un mínimo de 6 metros. (Previamente podemos
revisar / guardar el trabajo realizado).
2.- Sentados y con la columna vertebral bien alineada, miramos lejos a derecha
e izquierda sin mover la cabeza. Se trata de encontrar la facilidad en el proceso,
evitando forzar los ojos con excesiva tensión. Después de un breve
descanso ojos cerrados, podemos hacer lo mismo hacia arriba y abajo.
3.- Abrimos los ojos todo lo posible, arqueando las cejas y los músculos
que los rodean. Seguidamente los cerramos al máximo, con lo que estimulamos
la circulación. Repetirlo unas 20 veces. Ya que nos ponemos, no os privéis
de abrir la boca y relajar toda la musculatura facial (previene las arrugas,
irrigando bien los músculos inactivos).
4.- Mirando un punto a lo lejos vamos acercándonos lentamente a la punta
de la nariz, sin temor de bizquear un poco. Se puede hacer suavemente unas diez
veces.
5.- Con los ojos cerrados, los movemos en cruz como en el ejercicio 2, para
a continuación girarlos despacio en ambos sentidos. Podemos girar 20
veces hacia cada lado.
6.-Y tras la gimnasia ocular vamos a relajarnos con el palmeo (nada que ver
con el flamenco), porque se trata de aplicar las palmas de las manos sobre los
ojos.
Usaremos las pequeñas curvas de la base de cada mano para apoyar los
pómulos y reposar la cabeza; el pulgar se acomoda en la sien y los otros
dedos se dirigen hacia la frente y cabello. Pero respetando una columna vertebral
alineada, es decir, evitando tener que agachar la cabeza, más bien acercando
las manos a la cara. Si no estamos sentados en la mesa y silla que permitan
esas condiciones, tendremos que disponer de unos cojines, libros o elementos
bajo los codos que igualen ese desnivel.
También podemos improvisar un palmeo con la espalda apoyada en un árbol,
y codos sobre las rodillas flexionadas (siempre cuidando que el cuello no esté
en flexión).
Sobre todo hay que evitar el presionar los ojos, que quedan libres en todo momento,
recibiendo el calorcito de las manos. Los cerramos, y nos relajamos sin dormitar,
pensando que vamos paseando por algún lugar agradable, o cualquier escena
en movimiento. Cuanto más rato, mejor. Para terminar, trátate
con dulzura y abre los ojos sin retirar las palmas, dejando que entre la luz
entre ellas poco a poco. Toma tu tiempo y hazlo a cámara lenta, recreando
un amanecer agradable. Respira a fondo y separa las manos lentamente. Ya tenemos
otra mirada. Como nuev@, ¿no?.
Ahora evita lanzarte con prisa a la actividad. "DON'T WORRY. BE HAPPY"
Cuando empezamos con el ejercicio, frecuentemente veremos trazos de luz o destellos
a pesar de tapar los globos oculares: se trata de los fosfenos, impresiones
luminosas sobre la retina que perduran unos instantes (como cuando hemos mirado
una bombilla o hacia el sol). Poco a poco desaparecen y dejan los ojos en una
suave oscuridad, que tiende a un tono uniforme. Eso es lo que buscamos, pero
sin prisa alguna. Desde luego hay que evitar frotarse los ojos cuando molestan,
o manipularlos de cualquier forma. Y a veces lo hacemos compulsivamente, tratándolos
con gran dureza, siendo otra consecuencia más del estrés postural.
Al principio es normal sentirse un poco raro dedicando un tiempo a estos ejercicios,
pero con un mínimo de práctica encontraremos el beneficio de concedernos
cinco minutos para distender los ojos y mejorar nuestro rendimiento. Los resultados
van más allá del sistema músculo-esquelético, profundizando
en la respiración y dejando que todo el sistema vegetativo se autorregule.
José Javier Pedrosa
Si pone en marcha esta secuencia de vez en cuando, agradeceremos que se ponga
en contacto con nosotros para comentarnos los resultados que obtiene.